Exposición obligatoria 4 "Lina Bo Bardi"
Exposición obligatoria "Lina Bo Bardi"
Me gustaría destacar que en esta exposición no se podían sacar fotos, por tanto, no puedo ofrecer imágenes sacadas de sus obras o proyectos allí expuestos
Antes de centrarnos en la exposición propiamente dicha, me gustaría explicar de manera resumida algunos de los hechos autobiográficos que afectaron en la visión de Lina y su formación como artista.
En primer lugar, nació en Roma y se graduó como arquitecta pudiendo crear su propio estudio en Milán. Sin embargo, durante la II Guerra Mundial su estudio fue bombardeado y acabó participando en la resistencia a la ocupación alemana junto al Partido comunista italiano. Posteriormente tras la guerra conoció al periodista Pietro Maria Bardi y se casaron, emigrando juntos a Río de Janeiro.
Al conocer un poco más sobre su vida entendemos mejor por qué esa idea de entrelazar lo popular y moderno, haciendo que ambos se enriquezcan sin perder la esencia de cada uno. Quizás como una forma de sentirse ella misma parte del nuevo espacio que estaba habitando, dado que provenía de Europa y se estableció en Brasil, un país menos desarrollado y con mucha más influencia popular/cultural.
A lo largo de la exposición no solo vemos ejemplos de sus obras artísticas o proyectos sino también la de otros artistas brasileños que ejercieron una influencia sobre ella, como Tarsila do Amaral, muchos de los cuales no sólo representaban el arte popular cercano a civilizaciones indígenas sino también estableciendo una conexión con el arte actual cuyas ideas provenían en muchos casos de las vanguardias europeas --> Un ejemplo muy curioso que me llamó la atención en la exposición y que sintetiza esta idea de lo primitivo y natural con lo moderno y vanguardista:
Lina Bo Bardi desarrolló una gran cantidad de proyectos a lo largo de su vida, muchos de ellos se quedaron inacabados pero otros tantos pudieron ver la luz e iluminar las calles de Sao Paulo. Uno de estos ejemplos cuyos bocetos y maquetas se encuentran a lo largo de la exposición es "El Museo de Arte de Sao Paulo (MASP)", donde podemos observar esta idea de compaginar el arte y saber primitivo y popular de un país junto con avances técnicos y tecnológicos internacionales que lo incluyan en la actualidad, volviéndolo eterno.
Podemos observar cómo el edificio no sólo está diseñado para incluir en su interior actividades culturales y exponer obras artísticas, sino que tanto la gran cristaleda que recorre todas sus salas y la elevación del edificio que permite transitar a la gente por debajo es un ejemplo muy claro de conectar lo que sucede en el interior con el exterior. Las actividades que se realicen no tienen por qué ser a puerta cerrada, es más, Lina en algunos de sus dibujos sobre las actividades a realizar allí, las ubica en el exterior justo debajo del edificio abriendo los espacios y jugando con los límites dentro de un mismo espacio.
Además, llama la atención que no sólo se centrase en la estructura del edificio sino que diseñase cómo debían exponerse las obras artísticas, diseñando el espacio del interior y además creó proyectos tan elocuentes y llamativos como "la gran vaca mecánica" que ha sido construida siguiendo los planos de Lina Bo Bardi por la Fundación March y se encuentra expuesta a la entrada de la exposición, porque en el fondo ése era su cometido inicial, recibir a los visitantes del Museo e incentivar su participación ofreciéndoles folletos y planos.
La vaca a pesar de ser un animal asociado siempre al campo, lo primitivo y a lo popular, aquí Lina la diseña con materiales industriales incorporando también elementos tecnológicos como una radio y antenas. Uniendo lo rural con lo moderno.
Otro ejemplo de esta idea la vemos en la "Casa de vidrio" donde a pesar de tratarse de un edificio moderno, los grandes ventanales y las habitaciones privadas encontradas detrás de la casa están directamente conectadas con la naturaleza. Estableciendo un diálogo entre lo moderno e industrial y lo primitivo o nuestros orígenes.


Sin embargo, desde mi punto de vista el proyecto arquitectónico que más llamó mi atención fue el SESC o fábrica de Pompeia, no sólo por lo innovador de la idea sino también porque no diseñó únicamente la estructura arquitectónica sino también los espacios interiores y su mobiliario adaptándolo a las actividades culturales y de ocio que allí se realizarían.
En primer lugar, este proyecto surge con la idea de rehabilitar una fábrica abandonada de barriles de petróleo transformándola en un centro de ocio/cultural en un barrio industrial de clase media/baja. De esta manera, Lina pretende unir lo industrial, productivo y falto de individualidad con un centro cultural único, comunitario y dinámico.
Además, consigue una conexión de todos los bloques circunscritos en la fábrica, que antes estaban separados, los une a través de corredores permitiendo que el centro funcione con un sistema interconectado.

Lina Bo Bardi desarrolló una gran cantidad de proyectos a lo largo de su vida, muchos de ellos se quedaron inacabados pero otros tantos pudieron ver la luz e iluminar las calles de Sao Paulo. Uno de estos ejemplos cuyos bocetos y maquetas se encuentran a lo largo de la exposición es "El Museo de Arte de Sao Paulo (MASP)", donde podemos observar esta idea de compaginar el arte y saber primitivo y popular de un país junto con avances técnicos y tecnológicos internacionales que lo incluyan en la actualidad, volviéndolo eterno.

Podemos observar cómo el edificio no sólo está diseñado para incluir en su interior actividades culturales y exponer obras artísticas, sino que tanto la gran cristaleda que recorre todas sus salas y la elevación del edificio que permite transitar a la gente por debajo es un ejemplo muy claro de conectar lo que sucede en el interior con el exterior. Las actividades que se realicen no tienen por qué ser a puerta cerrada, es más, Lina en algunos de sus dibujos sobre las actividades a realizar allí, las ubica en el exterior justo debajo del edificio abriendo los espacios y jugando con los límites dentro de un mismo espacio.
Además, llama la atención que no sólo se centrase en la estructura del edificio sino que diseñase cómo debían exponerse las obras artísticas, diseñando el espacio del interior y además creó proyectos tan elocuentes y llamativos como "la gran vaca mecánica" que ha sido construida siguiendo los planos de Lina Bo Bardi por la Fundación March y se encuentra expuesta a la entrada de la exposición, porque en el fondo ése era su cometido inicial, recibir a los visitantes del Museo e incentivar su participación ofreciéndoles folletos y planos.

La vaca a pesar de ser un animal asociado siempre al campo, lo primitivo y a lo popular, aquí Lina la diseña con materiales industriales incorporando también elementos tecnológicos como una radio y antenas. Uniendo lo rural con lo moderno.
Otro ejemplo de esta idea la vemos en la "Casa de vidrio" donde a pesar de tratarse de un edificio moderno, los grandes ventanales y las habitaciones privadas encontradas detrás de la casa están directamente conectadas con la naturaleza. Estableciendo un diálogo entre lo moderno e industrial y lo primitivo o nuestros orígenes.


Sin embargo, desde mi punto de vista el proyecto arquitectónico que más llamó mi atención fue el SESC o fábrica de Pompeia, no sólo por lo innovador de la idea sino también porque no diseñó únicamente la estructura arquitectónica sino también los espacios interiores y su mobiliario adaptándolo a las actividades culturales y de ocio que allí se realizarían.

En primer lugar, este proyecto surge con la idea de rehabilitar una fábrica abandonada de barriles de petróleo transformándola en un centro de ocio/cultural en un barrio industrial de clase media/baja. De esta manera, Lina pretende unir lo industrial, productivo y falto de individualidad con un centro cultural único, comunitario y dinámico.
Además, consigue una conexión de todos los bloques circunscritos en la fábrica, que antes estaban separados, los une a través de corredores permitiendo que el centro funcione con un sistema interconectado.

Lina mantiene la estructura principal de la fábrica uniendo así lo cultural y comunitario con la industrialización, además, la fábrica deja de funcionar como una empresa que utiliza como medio a los trabajadores para producir y se transforma en un espacio gobernado y habitado por la gente del barrio.
Adicionalmente, como en los anteriores proyectos de Bo Bardi, el espacio interno del edificio se encuentra conectado a través de múltiples accesos y zonas abiertas, al barrio. Ya no se trata de un edificio abandonado que impide su visibilidad a través de bloques de hormigón, sino que la gente puede pasear por debajo, observar qué hace la gente en cada una de las salas y poder acceder a cualquier espacio desde cualquier punto del barrio.
Las actividades son muy variadas y aunque aparezcan zonas limitadas de forma clara, muchas de ellas se encuentran en un mismo espacio amplio que recoge una gran cantidad de eventos y personas realizando actividades diversas.


Es curioso cómo Lina adapta las filtraciones de agua que se producían en la fábrica abandonada a actividades de ocio que puedan realizar las familias. Y muchas de las salas reciben una gran cantidad de luz natural debido al mantenimiento de los cimientos metálicos del techo de la fábrica.
Cada sala fue diseñada por Bo Bardi para albergar una serie de actividades concretas y hay ejemplos muy claros de cómo la ergonomía nos invita a realizar determinadas acciones, uno de ellos es la zona de creación artística donde pequeños bloques de hormigón de forma redondeada y techos más bajos nos invitan a la introspección. Además, todas las obras allí realizadas se exponen en ese mismo espacio, siendo la gente dueña de él y habitándolo como suyo.
Por último me gustaría destacar la capacidad imaginativa y la congruencia de las ideas de Lina en todos sus proyectos en un último ejemplo referente al SESC de Pompeia, uno de los problemas que implicaba la rehabilitación de la fábrica se encontraba en el ala oeste donde el río Petras dejaba a uno de sus lados áreas residuales. Lina podría haberlas dejado ahí y permitir su abandono pero realizó una estructura con formas sinuosas que uniesen ambos edificios, y no sólo eso, las formas hacen referencia a un cactus endémico de Brasil.
Como conclusión me gustaría destacar que me ha encantado ir desgranando poco a poco los proyectos de Lina a lo largo de la exposición y conocer a través de ellos su manera de percibir el mundo. Podría resumir sus ideas más profundas, descubriendo nuevos ejemplos en cada una de sus obras, en tres:
Adicionalmente, como en los anteriores proyectos de Bo Bardi, el espacio interno del edificio se encuentra conectado a través de múltiples accesos y zonas abiertas, al barrio. Ya no se trata de un edificio abandonado que impide su visibilidad a través de bloques de hormigón, sino que la gente puede pasear por debajo, observar qué hace la gente en cada una de las salas y poder acceder a cualquier espacio desde cualquier punto del barrio.
Las actividades son muy variadas y aunque aparezcan zonas limitadas de forma clara, muchas de ellas se encuentran en un mismo espacio amplio que recoge una gran cantidad de eventos y personas realizando actividades diversas.




Es curioso cómo Lina adapta las filtraciones de agua que se producían en la fábrica abandonada a actividades de ocio que puedan realizar las familias. Y muchas de las salas reciben una gran cantidad de luz natural debido al mantenimiento de los cimientos metálicos del techo de la fábrica.
Cada sala fue diseñada por Bo Bardi para albergar una serie de actividades concretas y hay ejemplos muy claros de cómo la ergonomía nos invita a realizar determinadas acciones, uno de ellos es la zona de creación artística donde pequeños bloques de hormigón de forma redondeada y techos más bajos nos invitan a la introspección. Además, todas las obras allí realizadas se exponen en ese mismo espacio, siendo la gente dueña de él y habitándolo como suyo.
Por último me gustaría destacar la capacidad imaginativa y la congruencia de las ideas de Lina en todos sus proyectos en un último ejemplo referente al SESC de Pompeia, uno de los problemas que implicaba la rehabilitación de la fábrica se encontraba en el ala oeste donde el río Petras dejaba a uno de sus lados áreas residuales. Lina podría haberlas dejado ahí y permitir su abandono pero realizó una estructura con formas sinuosas que uniesen ambos edificios, y no sólo eso, las formas hacen referencia a un cactus endémico de Brasil.
Como conclusión me gustaría destacar que me ha encantado ir desgranando poco a poco los proyectos de Lina a lo largo de la exposición y conocer a través de ellos su manera de percibir el mundo. Podría resumir sus ideas más profundas, descubriendo nuevos ejemplos en cada una de sus obras, en tres:
- La necesidad de unificar los orígenes, lo primitivo y las civilizaciones del Viejo Mundo (como ella lo llamaba) con la industrialización, lo moderno y las ideas provenientes del Nuevo Mundo. Ella defendía la unión de ambos conceptos sin perder la esencia de cada uno de ellos por el camino, permitiendo así que la identidad nacional cuente una historia y no se pierda.
- La capacidad de crear espacios donde los límites se difuminen, como ella decía, "que la gente habitase los espacios" convirtiéndose en sus dueños, el pueblo ejerce un poder activo sobre los lugares que habita. Es capaz de transformar fábricas abandonadas asociadas a la pérdida de individualidad en un espacio comunitario de enriquecimiento cultural, lo cual es grandioso.
- Su lucha constante contra el abandono, un ejemplo de ello es que no reconstruye completamente una estructura, sino que la reinterpreta y modifica sin perder su historia pasada. Un ejemplo de ello ya comentado es el uso que hace de las filtraciones de agua en la fábrica o mantener la estructura del techo de la fábrica en muchas salas donde la entrada de luz natural juega un papel fundamental.
Me ha parecido una persona increíblemente innovadora, congruente con sus ideas más arraigadas y una artista, en todos los sentidos de la palabra.
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