Exposición obligatoria 5 "Nosotros, robots"
Exposición obligatoria "Nosotros, robots"
Hoy, día 15 de Noviembre he visitado la tercera planta de la Fundación Telefónica correspondiente a la exposición "Nosotros, robots". Nada más entrar aparecían una serie de carteles informativos ordenados de la manera cronológica mostrando el avance de la tecnología orientada en la robótica e informática.
Hubo varias cosas de este primer apartado de la exposición que llamaron mi atención. En primer lugar, que los inicios de la robótica más rudimetaria, o mejor dicho, de los autómatas fuese en el 400 a.C, donde ya empezaron a surgir bocetos y pequeños proyectos de máquinas que actuasen supliendo las necesidades de los humanos.
Si bien es cierto que los primeros prototipos eran mucho más rudimentarios me gustaría destacar no sólo una evolución en cuanto a avances técnicos sino también en cuanto a los objetivos de dichas máquinas y las funciones que desempeñaban, incluso, la relación que establecían con los humanos.
Se puede observar que en primer lugar, la creación de máquinas tenía como objetivo principal el ocio y divertimento como algo novedoso (ya que en un primer lugar, las funciones que podían desempeñar no eran muy útiles), hay muchos ejemplos pero voy a destacar uno de ellos que me llamó la atención de la exposición, es este autómata del s.XVII proveniente de Japón que camina y sirve el té.
Posteriormente, a medida que las máquinas podían desempeñar un papel más relevante se empezaron a utilizar como mano de obra, dirigiéndolas hacia las tareas más repetitivas (cadenas de montaje) y automatizadas, disminuyendo la participación del hombre para aumentar la productividad. El ejemplo más llamativo de carácter industrial de la robótica aparece en 1961.
En este periodo encontramos varios ejemplos de robots que tienen cada vez más capacidad para llevar a cabo funciones avanzadas, que llegan a superar las capacidades humanas de resolución de problemas matemáticos, físicos,... Por ejemplo en 1966 EEUU crea un robot móvil que es capaz de percibir su entorno y obtener información sobre sus propiedades físico-químicas o en 1976 con la creación de las primeras sondas espaciales.
Esta nueva idea de que los robots pudiesen poseer capacidades superiores a las nuestras tiene una influencia cada vez mayor, y se puede observar este cambio de mentalidad por ejemplo cuando se empiezan a realizar competiciones entre robots y seres humanos. Un ejemplo muy llamativo de este hecho es cuando el ordenador Deep Blue gana al campeón del mundo en ajedrez Kasparov.
A partir de ahí, cuando comenzamos a observar que las máquinas poseen capacidades superiores a las nuestras en cuanto a almacenamiento de información, resolución de problemas, cálculo matemático,... Aparecen grandes novelas que crean futuros ficticios donde las máquinas se sublevan y consiguen dominarnos, por ejemplo el libro "Yo, robot" de Isaac Asimov donde se exponen las leyes de la robótica y también películas como 2001, Odisea en el espacio.
A finales del s.XX y principios del siguiente, los avances en robótica ya no buscan únicamente la creación de robots para cubrir necesidades físicas o aumentar la productividad, de una forma funcional y distante. Sino que empiezan a fabricarse máquinas que cubran necesidades emocionales, incluso buscando que los robots se asemejen cada vez más a nosotros en cuanto a pensamiento cognitivo-emocional.
Un ejemplo de esta idea es "Paro" un robot/mascota japonés de 2002 que se utiliza como apoyo terapéutico para personas con Alzheimer, una enfermedad donde las capacidades cognitivas están deterioradas y tan sólo a través de ayudas de carácter emocional se pueden conseguir avances.
Al superar esta barrera no sólo aparecen nuevas posibilidades, también surgen problemáticas de carácter social, por ejemplo llegar a crear un robot que se asemeje tanto a nosotros que sea imposible distinguirlo de un humano surgiendo preguntas sobre si realmente somos únicos o podemos crear clones perfectos como el japonés Hiroshi Ishiguro:
Otro de los problemas que surgen, sobretodo en la cultura occidental, es el rechazo hacia los robots cuando éstos resultan demasiado semejantes a nosotros. Es más, en muchas de las novelas y películas occidentales los robots suponen una problemática a largo plazo, actuando en nuestra contra y rebelándose contra sus creadores.
Sin embargo, en otras culturas como la japonesa, han recibido una mejor acogida y esto se debe principalmente a muchas ideas que subyacen a esa cultura. En primer lugar la religión principal en países orientales es el sintoísmo, donde se les atribuye de alma a otros objetos y elementos de la naturaleza, por tanto podemos entender mejor que puedan ver a los robots de manera más cercana a nosotros. Además, la cultura occidental está muy marcada por el capitalismo, donde la competencia es el pilar fundamental, y en la cultura oriental esta mentalidad no aparece tan marcada.
Para finalizar, en la exposición mostraban una serie de películas de temática robótica que recomiendo encarecidamente al que no haya tenido oportunidad de verlas:
- 2001 Odisea en el espacio
- Ex machina
- Un amigo para Frank
- Metrópolis
- Planeta prohibido
En cada una de estas películas surgen visiones diferentes hacia los robots, mostrando las diferentes problemáticas mostradas anteriormente.
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